16.2.14

zócalo : más allá del lugar común


es un lugar común, pero no por eso menos cierto, decir que el zócalo es el espacio público más importante de la ciudad de méxico y del país. público en el más amplio sentido posible: político, social, cultural, simbólico. incluso su lado comercial —recordemos que ahí hubo un mercado— y religioso —le hace cara la catedral— no han desaparecido del todo. basta escribir zócalo en google y aparecen imágenes de la plaza llena de gente y llena de árboles, y de taxis, y de tiendas de campaña, y de más gente, vestida, desnuda, marchando, tirada, cantando, bailando, oyendo un concierto. eso es. eso ha sido.

hace unos días en algunos periódicos se pudo leer una declaración de miguel ángel mancera, jefe de gobierno del distrito federal: “he pedido que me preparen un proyecto de reparación y de rediseño de la plancha del zócalo.” el tono de principito enardecido pero amable —dibújame un zócalo— preocupa. también preocupa que el encargo de trabajar ese sitio tan importante vaya a parar en manos de quién sabe quién. a mi me preocupa más que el señor mancera y sus asesores ignoren —o finjan hacerlo— que en 1999 hubo un concurso para rehabilitar el zócalo, convocado por el gobierno de cuauhtémoc cárdenas. se entregaron cerca de 200 proyectos de los que se eligieron 15 para una segunda fase y de ahí se eligió un ganador. se contrató a los proyectistas y se les pagó por algo que jamás se realizó.

pero más que todo lo anterior me preocupa que la decisión de remozar el zócalo sea una reacción  a la ocupación de esa plaza por la cnte y su posterior desalojo a cargo de la policía federal. que se trate de una ocurrencia de mancera con la intención de contrarrestar la mala impresión que su gobierno —tan dado a eso: las ocurrencias— ha dejado en su primer año. y más aun me preocupa que, bajo la convincente idea de un zócalo peatonal, terminemos con una elegante plaza buena para nada, abierta de nombre y cerrada de facto o, de menos, limitada al ejercicio de las buenas costumbres callejeras: pararse, ver y si acaso caminar. que nadie venda ni nadie compre; que nadie patine ni se tire en el suelo; que nadie se desnude y que nadie grite ni mucho menos estorbe el sacrosanto derecho de los demás a no poder hacer ahí nada; que no protesten y que no se planten.

me preocupa, pues, y me asusta, que el señor jefe de gobierno y sus comparsas confundan la plaza pública con el jardín de su casa o, peor, con la sala. que no sepan que hoy el bulevar ya no puede pensarse para como remedio contra la barricada. me preocupa que nos impongan no sólo una idea de belleza urbana sino, peor, una sola idea de urbanidad.


ps. en madrid, el colegio de arquitectos convocó a un concurso —sí: un concurso, no la petición del pequeño príncipe en turno— para remodelar la plaza del sol. concurso controvertido pues muchos ven en esa intención de embellecer la plaza una forma de neutralizarla como espacio de protesta. lo que al respecto escribió hace poco eduardo mangada hace mucho sentido también para el zócalo de la ciudad de méxico:
"...los poderes públicos, al servicio del capitalismo o de una dictadura, intentarán siempre el dominio de estos espacios (fraga gritó «¡la calle es mía!»), a veces con la puntual presencia de las fuerzas de orden, impidiendo, cercando o disolviendo brutalmente las concentraciones y manifestaciones ciudadanas. y otras veces, de forma más sibilina, mediante intervenciones de remodelación, reforma o «modernización» en las que con transfiguraciones físicas del pavimento, el añadido de artefactos urbanos o incluso arbolado, jardines y estanques, se crean barreras que impiden, o al menos hacen difíciles, las masivas manifestaciones y concentraciones de ciudadanos.
...cabe afirmar que el anuncio de una remodelación o «modernización» o el embellecimiento de un espacio público, hecho desde el poder político, con la connivencia de emblemáticas instituciones y personalidades profesionales, esconde un doble peligro. por un lado, puede servir para devaluar su máximo significado como «espacio común», dominio espontáneo de los ciudadanos. por otro, el de un simple embellecimiento, el de una recualificación paisajística que acabará expulsando a las clases populares que lo habitan o transitan para generar importantes plusvalores en las propiedades de su entorno, para lucro de los especuladores inmobiliarios. 
...la puerta del sol es un gran vacío destinado a acoger a los ciudadanos en momentos sociológicamente intensos y tensos, sea la fiesta, la celebración o la protesta, como la plaza del campo en siena, la plaza roja en moscú o el zócalo en méjico. por eso los primeros trazos de esta nueva ordenación se deberán más a la goma de borrar que al lápiz. despejemos la plaza: fuera osos y madroños, caballo y rey, míseras fuentes, quioscos cutres y jorobas vítreas invasoras. olvidémonos de sombrajos o jugosos árboles imposibles y seamos capaces de construir un pavimento, una alfombra que acoja de pie, sentados o tumbados en el suelo, a miles de ciudadanos para contemplar la caída de la bola del reloj en nochevieja, poner coronas a los caídos del 2 de mayo, incluida la parada militar, o gritar juntos contra la guerra, contra el paro, contra los recortes en educación, sanidad, cultura… 
...sobre este escenario podrán asentarse (nunca cimentarse) instalaciones efímeras tales como carpas o entoldados, tribunas o entablados, mercadillos y quioscos ambulantes. todo ello con la duración que demanden los ciudadanos que inunden esta plaza en las múltiples ocasiones ya mencionadas."




No hay comentarios.: