13.3.13

cinco arquitectos y una arquitecta



el segundo día del 14º congreso arquine fue tal vez más arquitectónico que el primero —en el que también participaron un antropólogo, una socióloga y un cineasta: hoy todos eran arquitectos. la mañana la abrieron michel rojkind y roman delugan. el primero invirtió la pregunta que planteaba el congreso —¿de qué hablamos cuando hablamos de espacio?— para plantear ¿de qué nos habla el espacio? en tres tiempos, rojkind mezcló ideas sobre cómo entendemos y actuamos sobre el entorno —atención, selección y adaptación— con la explicación de varios proyectos, desde sus primeros en sociedad con miquel adrià e isaac broid, hasta recientes como liverpool interlomas y la polémica cineteca. no pude ver más que 10 minutos de la presentación de delugan así que poco puedo decir, pero eso poco me pareció demasiado arquitectónico —término que uso aquí en un sentido negativo— y poco interesante.


siguió andrés jaque, quien devolvió al congreso un tono crítico y social al plantear la diferencia entre el hogar y lo social a partir de programas como los pioneros y heidi, en los que la casa se piensa como lo opuesto a lo social —como un refugio y retiro del mundo de la publicidad— y la realidad, en la que la casa —a partir de la teoría del actor-red— se concibe como parte de un sistema complejo formado por los objetos, las arquitecturas y las personas, además de las relaciones que entre ellos se establecen. jaque mostró varios proyectos relacionados con la domesticidad —como ikea disobedients. para cerrar su presentación, jaque planteó cuatro puntos: la reflexividad constructiva: urbanismo construido desde la base —bottom up— que aprovecha la inteligencia generalizada; el privilegio de la disputa constituyente sobre la ficción del final feliz; la idea de desacoplar los componentes del ensamblaje que forman y, finalmente, la arquitectura pensada como un punto de paso obligatorio más que como un objeto o cosa cerrada —aquí una entrevista de hans ulrich obrist a jaque.


alfredo brillenbourg siguió con la arquitectura como una forma política y ética antes que artística o estética. brillenbourg, quien en la pasada bienal de arquitectura de venecia, dirigida por david chipperfield bajo el título common ground, ganó el león de oro con la investigación sobre la torre de david en caracas, presentó varios proyectos insistiendo en los efectos sociales de los mismos antes que en su forma o su materialidad, las que dijo, finalmente no le importan. algo sobre lo que habría sin duda que reflexionar, aunque también sobre cierta visión del sur —que no necesariamente es geográfico— y que de algún modo se conecta con la arquitectura para el otro 90% que se presentó en el congreso pasado de arquine.


david chipperfield empezó con una doble disculpa: su arquitectura no trata los mismos temas que el trabajo de brillenbourg y su salud le impidió hacerlo con el mismo entusiasmo. chipperfield insistió en algo que otros han dicho de otro modo: hoy ya no existe espacio público sino espacio comercial que hace las veces de espacio público. la arquitectura, dijo, ha perdido gran parte de su poder de representar algo ante la sociedad. a partir de dos pinturas del banco de inglaterra de john soane, una terminado y otra en construcción, reflexionó sobre la diferencia entre la arquitectura como imagen, como representación de algo, y la arquitectura como espacio.


el congreso lo cerró denise scott brown con una conferencia larga y preparada especialmente para el congreso: widening the idea of space. scott brown presentó una historia de la arquitectura, desde lasa tiendas y cuevas primitivas hasta mies van der rohe y louis kahn, explicando distintas condiciones y características de los espacios —habría que decir que, en coincidencia con lo que explicó al abrir el congreso manuel delgado y consistente con su interés por un lenguaje preciso, scott brown mostró que el espacio sólo se entiende definiéndolo: física y conceptualmente. el repaso que hizo denise scott brown de la historia no fue, sin embargo, inocente o desinteresado, no era la visión de una historiadora sino la de una arquitecta que, poco a poco, fue mostrando cómo cada tema que trataba se iba relacionando con la el trabajo que han realizado robert venturi y ella, sea de diseño o investigación. scott brown habló de un espacio medido a partir del cuerpo, de pies y codos y sobre todo de pasos, de la matemática como el despliegue y repliegue de una cuerda, que sirve para trazar en el suelo, y advirtió: no hay que pensar que el punto es adimensional: el punto es un nudo. del punto como encuentro de dos cuerdas al lugar de encuentro como cruce de dos caminos, scott brown habló de esa condición —el cruce y el encuentro— como la que más le interesaba en su arquitectura y como algo que habría que entender, como arquitectos, del urbanismo. después, scott brown presentó tanto su trabajo de diseño de varios campus universitarios como las investigaciones de aprendiendo de las vegas y aprendiendo de levittown.

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