26.3.12

adios a robin hood gardens



robin hood gardens, uno de los proyectos emblemáticos de alison y peter smithson será demolido, a pesar de los intentos de sociedades protectoras de animales arquitectónicos en vías de extinción apoyadas por famosos arquitectos como richard rogers y zaha hadid. una de las razones para demolerlo es que sería imposible lograr que alcanzara los mínimos de eficiencia energética requeridos en nuestros tiempos. con lo que, más allá de los terribles efectos estéticos que la coartada ecológica ha generado en la arquitectura, tenemos ahora una víctima real en donde una decisión económica y finalmente, supongo, de gusto, se disfraza de exigencia sustentable. algo parecido a si destruyeran películas de los años 50 porque sus protagonistas femeninas tienen demasiada cadera para nuestros estándares y, además, nos dijeran que realmente las destruyen porque incitan a la obesidad que es mala para la salud –lo mismo se podría argumentar, para que no me acusen de sexista, de las películas de johnny weissmuller o del santo.

con todo, hay que aceptar que robin hood gardens es una de esas obras arquitectónicas que parece sólo gustar a arquitectos y ni siquiera a todos –en el corto del documental aquí arriba puede verse el contraste entre el arquitecto que, casi con perversión, acaricia el rugoso pasamanos de concreto y el hombre de traje o el bombero que no ven al edificio con buenos ojos. puede ser que el proyecto de los smithson sea como esa música que sólo a algunos músicos interesa y que ni siquiera los aficionados a la música culta o de concierto –cuyo gusto con suerte se acaba en mahler y casi nunca llega a schoenberg– con la diferencia que la arquitectura, como la música, no se puede ignorar, que está ahí a la mitad de la ciudad, casi estorbando. otra vez eso de que la arquitectura está ahí, a la vista de todos todo el tiempo, o no, que al contrario, precisamente porque hay que entender lo que de arquitectura pueda tener un edificio, éste, tan duro y brutal –"¿por qué le llaman brutalismo a ese estilo? porque es brutal, se oye al inicio del corto– necesita una atención especial, un ojo entrenado como el oído que se somete a la música de, digamos, berio.

en fin, adios a robin hood gardens –y esperemos que el centro de gobierno de orange county, edificio de paul rudolph, no corra con igual suerte.

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